sábado, 17 de noviembre de 2012

No te preocupes. Volveré (H. Cymerman)

Artículo de Henrique Cymerman en La Vanguardia (papel). La versión web del periódico no lo incluye: "No te preocupes, volveré. Normalmente, el viernes por la mañana es un día alegre en Israel. Ayer no lo fue. En las calles de Tel Aviv se veían estudiantes, ejecutivos, trabajadores, taxistas o catedráticos que sacaban de sus armarios sus uniformes que en muchos casos no se ponían en años.
Yosi es un teniente paracaidista que acabó su servicio militar hace 5 años. Su historia es la de muchos: Miércoles a las 17,45h le sonó el móvil cuando estaba en clase en la Facultad de Ingenieria. Un mensaje grabado le advertía: "La orden numero 8 de movilización inmediata va hacia su casa".
La primera persona en la que pensó fue en Naama su esposa con la que se casó hace seis meses. Explica con timidez que sospecha que está embarazada y teme dejarla sola en Tel Aviv, objetivo por vez primera de los cohetes de Hamas. "Después de hablar con Naama llamé a mis colegas de la unidad, con los que hice el servicio militar. Todos iban a su casa para preparar una mochila y despedirse."
Cuando llegó a la suya, Yosi sintió el olor de las galletas de chocolate que Naama estaba preparándole para el viaje. Maestra de 24 años, Naama reconoce su pánico. "No quiero que te despidas de mi. Lo único que te pido es que tengas cuidado.", le dice. Antes de marcharse, Yosi le da su regalo de aniversario, que es dentro de tres días, un libro de buceo. Ambos acababan de hacer un curso de buceo en Eliat, en el Mar Rojo. "Cuando vuelva celebraremos tu cumpleaños" dice él. "No intentes ser un héroe" le pide ella.
Cuando va hacia la base, a las 22,30 horas, Yosi, hijo único pasa por casa de sus padres en Petaj Tikva. Su madre está nerviosa. El padre, Moshe, de 52 años llama a su unidad de artillería para preguntarles porque no le llaman. Los tres hablan de la terrible realidad de la guerra. "Tu y yo ya hemos luchado en bastantes guerras para varias generaciones y cada vez rezamos para que sea la última" le dice Moshe a su hijo.
Yossi me dice: "no añoro los callejones de Gaza y no me hace ninguna gracia entrar en zonas palestinas, y que haya víctimas civiles en ambos bandos. Es terrible, pero no puede ser que Naama pase todo su embarazo con miedo a que nos caiga un misil encima".
A las 23,15h, el joven que hace unas horas estaba haciendo clase en la universidad llega a su base en el sur y abraza a sus colegas., reclutados como él durante la tarde. Hasta las tres de la mañana están organizándose y firmando los papeles de la seguridad social para que el seguro les cubra el servicio y les pague el sueldo. Un formulario señala que Naama recibirá el seguro de vida en el caso de que le ocurra lo peor.
Los reservistas duermen cuatro horas y media. A las 7,30 se levantan, desayunan, reciben sus armas, chalecos antibalas y cascos.
De camino al primer entrenamiento militar, Yosi envía un SMS a Naama y a su madre: "No os preocupéis. Volveré"

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