Desde esta semana es un joven más que inicia su servicio militar en Israel. Ha dicho: "Soy un soldado como otro cualquiera"...
Pero no lo es: El sábado 4 de octubre de 2003 estaba en el restaurante Maxim de Haifa, con sus abuelos, su padre, su primo y uno de sus hermanos.Todos ellos resultaron muertos cuando la terrorista palestina Hanadi Jaradat entró en el local e hizo estallar una bomba que ocasionó 21 muertos y 51 heridos. Oren, de diez años quedó en estado muy grave y pocas horas después perdía la vista.
Desde esta semana se ha incorporado como voluntario a una unidad de inteligencia
.
Quiso subir al estrado para prometer lealtad al ejército, sin ayuda de ningun bastón ni lazarillo, emocionando a los presentes. Después afirmó: "Como alguien que ha sido muy duramente golpeado por el terrorismo,estoy orgulloso de servir a una organización que tiene como objetivo proteger la seguridad de Israel, para prevenir el terror y proteger a sus ciudadanos", "Quiero que mi padre y mi abuelo se sientan orgullosos de mí", dijo. "Fui criado por ellos para servir, si no me hubiera alistado habría sentido que ha sido una gran oportunidad perdida. ".
Sin duda su padre, su abuelo y toda su familia se sentirán orgullosos de este joven, que sin odio ni rencor nunca ha dejado de luchar para llevar una vida lo más normal posible. Su esfuerzo día a día para salir adelante es un orgullo, no sólo para su familia sino para Israel y para el mundo.
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